El Vuelo del Fénix

285 Roger Landa 445 millones de algodón (datos en Marx, 2012:550). Otro tanto suce- dió con América Latina y el Caribe cuyo proceso de independencia política de los Imperios Ibéricos confluye con la revolución industrial inglesa. La demanda de materias primas para la producción indus- trial así como de alimentos para la población obrera, supuso la acen- tuación de los procesos de monoproducción y concentración de la tierra en todo el continente latinoamericano, “se trataba de producir más y transportar con mayor rapidez innumerables productos para el consumo de los centros industriales”, con ello “la producción lati- noamericana creció dentro de los límites de un monocultivo que pro- ducía para el mercado internacional lo que diese más beneficio” (Be- yhaut y Beyhaut, 1985:33-34). El salitre chileno, el cacao venezolano, el azúcar caribeña, el café brasileño, el guano peruano o las carnes y cueros argentinos, fueron parte de aquellos monoproductos deman- dados por Europa en proceso de industrialización y que encontraron en las economías de los países recién independizados las condiciones para su subordinación real. De suerte que la renovación tecnológi- ca también modifica el modo de producción periférico adecuando la productividad a las demandas de industrialización del centro. En ese sentido, no solamente crece el comercio internacional de la mano de la formación del mercado mundial, sino que también “crece el área de la economía capitalista y su influencia en las regiones periféricas” (Beyhaut y Beyhaut, 1985:31). La segunda tendencia, concomitante a la primera, se expresa en la conquista progresiva de mercados externos para las nacientes industrias y se resuelve en la construcción progresiva del mercado mundial. El desarrollo tecnológico aplicado tanto a los medios de pro- ducción como a los medios de comunicación y circulación se convier- ten, así, en armas para subordinar los mercados periféricos y poner las condiciones de producción de las formaciones colonizadas como momentos de la circulación del capital a escala mundial. Como vi- mos, la maquinaria “promueve un incremento directo de la materia prima”, pero además, “los bajos costos de producción y de circulación obtenidos permite desmontar la producción local con la introducción, primero forzada y luego metabolizada, de mercancías a bajo costo. Nuevamente el caso de la industria textil, y en especial del algodón es paradigmático. Cómo apunte más arriba, el poder concentrado en el Estado Inglés le permitió conquistar por la fuerza el mercado in- dio; una vez son ocupados espacios clave para lograr el monopolio de su comercialización, se hizo posible modificar las relaciones de producción para que el mismo capital pusiera el mercado interno in- dio (la circulación) como momento suyo, y por tanto como mercado asegurado para la producción industrial inglesa; de igual forma, logró

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