El Vuelo del Fénix
275 Roger Landa Recordemos cuando más arriba expuse que la condición nece- saria para la existencia del capital es la polarización que se presenta en el mercado entre la clase de los propietarios capitalistas y la cla- se de los trabajadores libres; y que esta polarización “presupone la escisión entre los trabajadores y la propiedad sobre las condiciones de realización del trabajo” (Marx, 2012:893). Por consiguiente, pode- mos extraer la conclusión –junto con Marx– de que “el proceso que crea la relación capital” no es más que “proceso de escisión entre el obrero y la propiedad de sus condiciones de trabajo” (2012:893). Para Marx, es claro que toda formación social tiene como presu- puesto para su existencia que las condiciones de producción que las sostienen sean, a la vez, condiciones de reproducción de su meta- bolismo; para él, “las condiciones de producción son, a la vez, las de reproducción”, por lo que “todo proceso social de producción es al propio tiempo proceso de reproducción” (2012:695). ¿Cuáles son estas condiciones de reproducción del proceso social del capital, de la relación capital? En principio, según lo expuesto, queda claro que aquello inmediatamente necesario de reproducir para el capital es la misma escisión que da origen histórico a su presupuesto ontológi- co; es decir, que “una vez establecida la producción capitalista” ella no sólo mantiene la expropiación de las clases trabajadoras de sus condiciones de producción “sino que la reproduce en escala cada vez mayor” (Marx, 2012:893). Ahora bien, la reproducción de dicha escisión supone un cambio en la forma en que se somete a las clases trabajadoras, una vez ellas han sido incorporadas objetivamente por la violencia a la nueva for- mación social y han subjetivado la relación capital. En efecto, si, para el capital, “el punto de partida del desarrollo fue el sojuzgamiento del trabajador”, su reproducción supone “un cambio de forma de ese so- juzgamiento” (Marx, 2012:894). Precisamente, para Marx, En el transcurso de la producción capitalista se desarrolla una clase trabajadora que, por educación, tradición y hábito reconoce las exi- gencias de ese modo de producción como leyes naturales, evidentes por sí mismas. Esa organización del proceso capitalista de producción desarrollado quebranta toda resistencia, […] Para el concurso usual de las cosas es posible confiar el obrero a las “leyes naturales de la produc- ción”, esto es, a la dependencia en que el mismo se encuentra con res- pecto al capital, dependencia surgida de las condiciones de producción mismas y garantizadas y perpetuadas por éstas. (2012:922) ¿De dónde surge este ethos que condiciona a priori como ley natural la subordinación de las clases trabajadoras? ¿Cómo el capital man- tiene de manera perpetua la dependencia de las clases trabajadoras?
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