El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 274 hispanoamericanos que recién se independizaban políticamanete de España, son otras tantas formas que adquirió aquella guerra comer- cial emprendida por Europa en la larga duración de la acumulación originaria en el naciente sistema capitalista. Ahora bien, lo que quiero resaltar de lo argumentado es, primero, el origen violento de los distintos procesos históricos que confluyen en la acumulación originaria a los inicios del desarrollo del capitalismo como formación histórica que llegará a ser mundial. Segundo, se trata de un desarrollo cuya expansión de la relación capital se sostiene en la larga duración de aquella acumulación. Tercero, la multidirecciona- lidad del ejercicio de dicho poder como violencia: no es una violencia univoca, sino que se presentan con distintos métodos y mecanismos (legales e ilegales), y como ejercicio fáctico del poder de distintas cla- ses dominantes (no únicamente las burguesas) sobre clases trabaja- doras, así como de Estados-Nación sobre otras sociedades y Estados no-capitalistas. Cuarto, la diferencialidad general en el ejercicio del poder de acuerdo al patrón colonial centro-periferia. Dentro de dicha generalidad encontramos varias particularidades: saqueo de la minas en América, guerra comercial contra China, etc. expropiación de la tierra al campesino, o del instrumento y conocimiento del artesano, etc. Finalmente, todo ello va construyendo un tejido de relaciones de poder para la subordinación formal del trabajo vivo mundial (siempre marcado en la diferencialidad colonial centro-periferia), que dará fi- sionomía progresiva a la imposición del capitalismo como formación generalizada en todo el mundo. Subordinación del trabajo como dominación: maquinaria, gran industria y tecnología El ejercicio de aquella violencia como “potencia económica” por par- te del capital no puede ser sostenido permanentemente, aunque re- aparezca bajo ciertas condiciones y necesidades. Es decir, a ella se le puede recurrir en cualquier momento, pero, llegado un punto de consolidación del capitalismo en tanto sistema robusto (establecidos sus patrones de funcionamiento), este debe generar mecanismos de reproducción de sus condiciones sin necesidad recurrir a aquella vio- lencia más que eventualmente o cuando sea estrictamente necesario. En este sentido, argumenta Marx: “No basta con que las condiciones de trabajo se presenten en un polo como capital y en el otro como hombres que no tienen nada que vender, salvo su fuerza de traba- jo. Tampoco vasta con obligarlos a que se vendan voluntariamente” (2012:922). ¿Qué hace falta? Hace falta que este proceso se realice de manera permanente y como proceso cuyas leyes de funcionamiento pareciesen naturales.
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