El Vuelo del Fénix

EL VUELO DEL FÉNIX 266 enteras, debilitando su capacidad de resistencia. Además, “las tres se apoyaron en la guerra y en la reforma religiosa” (2013:35). De suerte que, comenta Marx, Hacia 1750, aproximadamente, la yeomanry [campesinos indepen- dientes] había desaparecido, y en los últimos decenios del siglo XVIII ya se habían borrado las últimas huellas de propiedad comunal de los campesinos. […] De lo que nos ocupamos es de los medios violentos empleados por la misma [la revolución agrícola]. (2012:903-904) Según argumenta el historiador Erick Hobsbawm, para 1760 en Ingla- terra, con la aplicación de la política de cercado se convirtieron seis millones de hectáreas de tierras comunales en arrendamientos priva- dos (1980:273). Precisamente, es en este período en el cual, a parte de las acciones privadas de los arrendatarios, “la ley misma se convierte ahora en vehículo del robo perpetrado contra las tierras del pueblo.” (Marx, 2012:906). Finalmente, tenemos que “el último gran proceso de expropiación que privó de la tierra al campesino fue el llamado clearing of estates (despejamiento de las fincas, que consistió en rea- lidad en barrer de ellas a los hombres)” (Marx, 2012:911). Hayamos entonces, aproximadamente, más de tres siglos de violencia primero individual y luego como bloque de clases dominantes apoyados por el Estado, contra la población campesina ligada a la tierra por distintas relaciones históricas. La expoliación de los bienes eclesiásticos, la enajenación fraudulenta de las tierras fiscales, el robo de la propiedad comunal, la transfor- mación usurpatoria, practicada con el terrorismo más despiadado, de la propiedad feudal y clánica en propiedad privada moderna, fue- ron otros tanto métodos idílicos de la acumulación originaria. (Marx, 2012:917-918) No es menor, entonces, el papel jugado por la violencia como poten- cia económica. Así, los distintos métodos utilizados “conquistaron el campo para la agricultura capitalista, incorporaron el suelo al ca- pital y crearon para la industria urbana la necesidad de oferta de un proletariado enteramente libre” (Marx, 2012:918). Es decir, se lo- gra mercantilizar la “madre de la riqueza” para su industrialización, además, se obtiene la mano de obra necesaria para poner en marcha la industria y, por si fuera poco, los mismos trabajadores que antes satisfacían sus necesidades básicas por sí mismos (industria subsi- diaria) deben recurrir al mercado para hacerlo de ahora en adelante. Además, se trató de una expropiación total , con lo cual se afectaba la misma objetivación social y cultural de hombres y mujeres, comu-

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