El Vuelo del Fénix

217 Enrique Dussel (del ya indicado “¡Todo el poder a los soviets!”) a la mera admi- nistración pos-revolucionaria económico-social desde arriba, desde el vanguardismo no democrático, no participativo pero tampoco representativo, del Comité Central que políticamente intentando negar la política empírica, y no entendiendo la disolución del Esta- do como un postulado, termina en una administración puramente burocrática. Grave consecuencia política de no haber sabido cons- truir lentamente las categorías del campo político , como se efectuó acertadamente en el campo económico . Es entonces comprensible la crítica política de Ernesto Laclau, pero, en nuestro caso, no in- tentando aceptar tampoco los equívocos de la crítica de la social- democracia europea contra el dogmatismo marxista ya en tiempos de Kautsky, porque en definitiva pretendían reformar el liberalis- mo. Se trata más bien de partir de una construcción de nuevas ca- tegorías específicamente políticas (no liberales o burguesas desde Hobbes en adelante) a la manera de como Marx lo hizo con las económicas, desde el inicio más allá del capitalismo (de un Adam Smith, por ejemplo). Veamos, para aclarar aún más la cuestión, gracias al estudio de M. Abensour (2004) sobre lo político en Marx, los dos momentos cla- ves de su vida intelectual. La tesis del filósofo francés queda bien indi- cada en las líneas siguientes, y como primer momento: Lo propio de la democracia insurgente 22 [… no consiste en] concebir la emancipación como victoria social (como una sociedad reconcilia- da) sobre la política [que es al final la posición de Marx], que incluye la desaparición de lo político, sino en hacer surgir esta forma de de- mocracia, permanentemente, como una comunidad política contra el Estado 23 . La oposición de lo social y lo político se sustituye por aquella de lo político y lo estatal […]. El Estado no es la última palabra de lo político (Abensour, 2004:19) 24 . En el verano de1843 (en el tiempo de la “crítica de la política”) nos encontramos con un Marx que todavía intentaba regenerar lo político. 22 En la que consiste la propuesta de Abensour. 23 Esta contradicción propuesta por Abensour, un tanto anaquista, es innecesaria y ambigua, como veremos. 24 Por nuestra parte, como es evidente después de todo lo explicado, no se trata de levantar la comunidad contra el Estado en general (sino contra el Estado fetichizado, totalizado, despótico), sino de crear un nuevo Estado , más allá de la Modernidad, del liberalismo y del anarquismo (aunque partiendo de la verdad de este último y desarrollándolo en una democracia participativa sin dejar de articularla con su di- mensión representativa, por su parte redefinida).

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