El Vuelo del Fénix

EL VUELO DEL FÉNIX 178 mentos de explicaciones posteriores de la brecha en los términos de intercambio. El teórico germano también observó la secuela de desajustes ge- nerados por el desborde capitalista de las fronteras nacionales. Re- gistró cómo ese proceso provoca crecientes fracturas a escala global. Pero El Capital investigó esa dinámica en escenarios nacionales muy específicos. Indagó la evolución de los salarios, los precios o la inversión en economías particulares. Detalló puntualmente esa diná- mica en el desenvolvimiento industrial de Inglaterra. La lectura de Marx invita, por lo tanto, a evaluar la mundializa- ción actual como un curso preeminente, que coexiste con el continua- do desenvolvimiento nacional de la acumulación. Sugiere que ambos procesos operan en forma simultánea. Polaridades con nuevo razonamiento El Capital es muy útil también para analizar la lógica de la relación centro-periferia subyacente en la brecha global actual. Marx anticipó ciertas ideas sobre esa división, en sus observaciones sobre desenvol- vimiento general del capitalismo. Al principio suponía que los países retrasados repetirían la indus- trialización de Occidente. Estimaba que el capitalismo se expandía demoliendo murallas y creando un sistema mundial interdependiente. Expuso esa visión en el Manifiesto Comunista . Allí describió cómo China e India serían modernizadas con el ferrocarril y la importación de textiles británicos. Marx realzaba la dinámica objetiva del desarro- llo capitalista y consideraba que las estructuras precedentes serían absorbidas por el avance de las fuerzas productivas. Pero al redactar El Capital comenzó a percibir tendencias opues- tas. Notó que la principal potencia se modernizaba ampliando las distancias con el resto del mundo. Esta aproximación se afianzó con su captación de lo ocurrido en Irlanda. Quedó impresionado por la forma en que la burguesía inglesa sofocaba el surgimiento de manu- factureras en la isla, para garantizar el predominio de sus exportacio- nes. Notó, además, cómo se aprovisionaba de fuerza de trabajo barata para limitar las mejoras de los asalariados británicos. En esta indagación intuyó que la acumulación primitiva no an- ticipa procesos de pujante industrialización, en los países sometidos al yugo colonial. Este registro sentó las bases para la crítica posterior a las expectativas de simple arrastre de la periferia por el centro. Con este fundamento se conceptualizó posteriormente la lógica del subdesarrollo. Marx no expuso una teoría del colonialismo, ni una interpreta- ción de la relación centro-periferia. Pero dejó una semilla de obser-

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