El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 172 utilización. Se olvida que esos instrumentos nunca actúan por sí mis- mos. Son gestionados por capitalistas que apuntalan sus beneficios sustituyendo mano de obra. La informática y la automatización no destruyen espontáneamente el empleo. La rentabilidad empresaria provoca esa demolición. El Capital introdujo los principales fundamentos de esta carac- terización del cambio tecnológico. Marx afirmó que las innovaciones son incorporadas para incrementar la tasa de explotación que nutre el beneficio patronal. La revolución informática en curso se ajusta plenamente a ese postulado. Es un recurso utilizado por las grandes empresas para po- tenciar la captura del nuevo valor generado por los asalariados. Tal como ocurrió en el pasado con el vapor, el ferrocarril, la elec- tricidad o los plásticos, la digitalización introduce transformaciones radicales en la actividad productiva, comercial y financiera. Abarata el transporte y las comunicaciones y modifica por completo los proce- dimientos de fabricación o venta de las mercancías. Un indicio de esa mutación es la influencia alcanzada por los “se- ñores de las nubes”. Siete de las diez empresas con mayor capitaliza- ción bursátil actual pertenecen al sector de nuevas tecnologías de la información. Hace una década y media las firmas con mayor espalda financiera eran petroleras, industriales o automotrices. Actualmente son Google, Amazon, Facebook o Twitter. Esta irrupción suscita presagios venturosos entre los pensadores que ocultan las consecuencias de la gestión capitalista de la informá- tica. Omiten, por ejemplo, que la masificación de la comunicación digital reforzó la privatización del espacio virtual. Ese ámbito es con- trolado por pocas empresas privadas estrechamente asociadas con el Pentágono. El Capital permite entender los determinantes capitalistas de este perfil de la innovación. Marx inició la indagación de la tecnología como un fenómeno social, abriendo un camino de estudios que floreció en las últimas dé- cadas. Pero a diferencia de los teóricos evolucionistas o schumpeteria- nos demostró que el cambio tecnológico desestabiliza la acumulación y potencia la crisis. La innovación guiada por principios de lucro impone una descar- nada competencia que multiplica la sobreproducción. Induce además a jerarquizar el desenvolvimiento de ramas tan destructivas como la industria militar. Marx explicó por qué razón el sistema actual impide una gestión social provechosa de las nuevas tecnologías. Señaló que ese manejo requeriría introducir criterios cooperativos opuestos a los principios de rentabilidad. Las potencialidades de la informatización como ins-
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