El Vuelo del Fénix
171 Claudio Katz Marx inauguró los estudios de formas excepcionales de confisca- ción del trabajo ajeno. Esa investigación sentó las bases para clarificar la dinámica contemporánea de la inflación y la deflación. Al igual que sus precursores clásicos Marx postuló una determi- nación objetiva de los precios en función de su valor. Precisó que esa magnitud queda establecida por el tiempo de trabajo socialmente ne- cesario para la producción de los bienes, en convulsivos procesos de extracción de plusvalía y realización del valor. Esa caracterización no sólo permite refutar la ingenua presenta- ción neoclásica de los precios como reflejos de la utilidad personal, o como espontáneos emergentes de la oferta y la demanda. También desmonta la absurda imagen del capitalista, como víctima de escala- das inflacionarias o deflacionarias ajenas a su conducta. En las coyunturas críticas, la determinación turbulenta de los precios reditúa ganancias extraordinarias a los grandes patrones por medio de abruptas desvalorizaciones del salario. Esos mecanismos operan en la actualidad, con la misma intensidad que las expropiacio- nes virulentas de la época de Marx. El Capital facilitó la identificación posterior de quiénes son los artífices y beneficiarios del nivel que asumen los precios. Esa carac- terización no se limita a retratar situaciones de “pugna distributiva”. Subraya la desigualdad de condiciones en que diputan los trabajado- res con sus patrones y resalta la consiguiente dominación que ejercen los formadores de precios. Desempleo e innovación La masificación actual del desempleo constituye otra razón para re- leer a Marx. Algunos pensadores neoclásicos asumen esa calamidad como un simple dato. Otros difunden consuelos sobre la futura poten- cialidad de los servicios, para compensar la caída del empleo indus- trial. Esas previsiones no se corroboran en ningún país. Muchos analistas afirman que la educación resolverá el proble- ma. Pero olvidan mencionar el creciente número de desocupados con títulos universitarios. La destrucción de puestos de trabajo ya afecta severamente a los segmentos más calificados. Distintas mediciones han comenzado a registrar que en el modelo actual el desempleo no se reduce en las fases expansivas, en propor- ción equivalente a su incremento en los periodos recesivos. Este fla- gelo se acrecienta con la rotación acelerada del capital y la reducción vertiginosa de los gastos administrativos. La revolución digital es invariablemente mencionada como la principal causa de esta creciente pérdida de puestos de trabajo. Pero las computadoras son culpabilizadas omitiendo quiénes definen su
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