El Vuelo del Fénix

EL VUELO DEL FÉNIX 170 Marx atribuyó esa reproducción de la desigualdad, a la dinámica de un sistema asentado en ganancias derivadas de la plusvalía ex- traída a los trabajadores. El Capital subraya ese rasgo en polémica con otras interpretaciones del beneficio, centradas en la astucia del comerciante. También objeta las caracterizaciones que subrayan re- tribuciones a la contribución del empresario, sin especificar en qué consisten esos aportes. Los neoclásicos nunca lograron refutar estos planteos, con su presentación de la ganancia como un premio a la abstención del consumo o al ahorro individual. Más insatisfactorias fueron sus caracterizaciones de retribuciones a un inanimado factor capital o a pagos de funciones gerenciales divorciadas de la propiedad de la empresa. Desaciertos parecidos cometieron los keynesianos, al interpre- tar al lucro como una contraprestación al riesgo o a la innovación. Los pensadores más contemporáneos de esa escuela han optado por soslayar cualquier referencia al origen del beneficio. Otros teóricos reconocen la inequidad del sistema, pero reducen el origen de la desigualdad a anomalías en la distribución del ingre- so, derivadas de favoritismos o políticas erróneas. Nunca conectan esos procesos con la dinámica objetiva del capitalismo. Las caracterizaciones convencionales de la ganancia son más insostenibles en el siglo XXI que en la época de Marx. Nadie puede explicar con criterios usuales, la monumental fortuna acumulada por el 1% de billonarios globales. Esos lucros están más naturaliza- dos que en el pasado sin justificaciones de ninguna índole. Las críticas en boga al enriquecimiento cuestionan a lo sumo las escandalosas ganancias de los banqueros. Ponderan en cambio los beneficios surgidos de la producción, sin evaluar las conexiones entre ambas formas de rentabilidad. La relectura de El Capital permite recordar que la tajada obte- nida por los banqueros, constituye tan sólo una porción de la masa total de beneficios creada con la explotación de los trabajadores. Marx analizó también las formas violentas que en ciertas cir- cunstancias asume la captura de ganancias. Evaluó esa tendencia en estudios de la acumulación primitiva, que han sido actualizados por los teóricos de la acumulación por desposesión (Harvey). En El Capital investigó las formas coercitivas que presentó la apropiación de recursos en la génesis de capitalismo. Pero el siste- ma continuó recreando esas exacciones en distintas situaciones de la centuria y media posterior. Las guerras de Medio Oriente, los sa- queos de África o las expropiaciones de campesinos en Asia ilustran modalidades recientes de esa succión.

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