El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 158 encontraba suficientemente sólidos; el descubrimiento y estudio de la economía política constituyó un fundamento clave para su avance en la aceptación y articulada incorporación en su propio pensamiento del ideario comunista. Y es una verdad de perogrullo lo que significó su descubrimiento del plusvalor, para dotar a la tesis de la explota- ción dentro de su teoría de la revolución de su médula científica; a esta cientificidad de la teoría de la revolución también contribuyó el hecho, destacado por Marx, del despojo del trabajador de la propie- dad sobre los medios de producción. Los estudios sobre economía y el nacimiento y elaboración de nuevas ideas, tesis y elementos en ese terreno, fueron siempre, desde aquellos primeros años, componentes de una totalidad conceptual a la vez que estaban integrados a ella, y constituían, pues, el conjunto de una teoría transdisciplinar, y, a nivel de ciertos elementos, con relacio- nes interdisciplinarias. De tal manera que El Capital se forjó y escribió dentro de la continuidad de un largo proceso y de una manera espe- cífica de proceder, imbricado en una unidad teórico-conceptual de la que forma parte y dentro de la cual fue concebido y alcanzó a surgir. De hecho constituyó la culminación del proceso de integralidad. Uno de los problemas que deben enfrentar aquellos que han pretendido establecer un deslinde de El Capital como algo separado y, en ocasio- nes, hasta contrario de la obra anterior es el considerar como visiones dogmáticas la ideación del materialismo histórico o de lo que Marx mismo llamaba socialismo científico. Con frecuencia se olvida o ignora que El Capital arroja signifi- cativa luz a esa cuestión clave del materialismo histórico que es la determinación o predominio en última instancia del factor económico en el devenir social. En realidad una de las dimensiones dialécticas esenciales de esta obra gira precisamente en torno a esta importan- te temática. Una clarificación inicial resulta necesaria. Sabemos que debemos sobre todo a Engels las precisiones epistemológicas a este asunto contenidas en aquel conjunto de cartas de su vejez. No obstan- te, casi siempre se ignora que el propio Marx utilizó la terminología en sus Notas etnológicas y antropológicas (Krader, 1974). Una extensa e importante nota al pie del Tomo I de El Capital arroja luz sobre esta temática y abre, a su vez, una interesante dimensión de la dialéctica marxiana que posteriormente tendría su propia historia. El marxismo en su devenir no ha estado nunca exento de los desafíos de convertir- se en una forma de economismo, lo cual en ocasiones ha servido de base al oportunismo político para justificar la inacción política y la abstención en el quehacer transformador (como en la II Internacio- nal), o sea, aceptar la idea de que la economía, por sí sola, era capaz de hacer el trabajo y se debía dejar hacerlo supuestamente en solita-
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