El Vuelo del Fénix

133 Juan José Bautista Segales tros pueblos, fueron a las ciudades a formarse teóricamente, porque supuestamente ahí estaban los grandes intelectuales que los ilumina- rían teóricamente con ideología revolucionaria. Pero, en pleno pro- ceso de formación política, estos mismos intelectuales los despoli- tizaron al enseñarles que sólo la clase obrera era revolucionaria, y que los campesinos no, por su relación con la tierra como propiedad privada y además por su relación con formar arcaicas de producción que los arraigaban más al pasado feudal que al presente, es decir, sin conciencia moderna 9 . Por ello es que desde el principio intuimos que el Marx de Dus- sel, no era el mismo Marx del marxismo occidental, ni mucho menos del marxismo estándar, porque no partía de los mismos presupuestos de estos, es decir, no asumía ingenuamente a la modernidad como fundamento, pero tampoco presupone a los problemas de los países de primer mundo ingenuamente, ni parte sin tematización previa de supuestos como la concepción de realidad, de ciencia, de historia que manejó el marxismo del siglo XX, casi naturalmente, los cuales tomó de Europa y la modernidad como si fuesen evidentes en sí mismo. Por ello, cuando uno se enfrenta a la obra de Dussel y le atribuye a ésta los presupuestos del marxismo común o estándar, o se acerca a la obra de Dussel, con los prejuicios del marxismo occidental, de seguro que tendrá muchos problemas de comprensión, porque no sólo que el marxismo del siglo XX se enfrentó a problemas distintos de los que enfrentamos hoy, sino que tuvo un acceso muy sesgado a la obra de Marx, cosa que ya no sucede con la recepción que Dussel hizo de la obra más madura de Marx. Es evidencia cuasi de sentido común afirmar que el objetivo de la crítica de la obra de Marx es el capital y el capitalismo de su tiempo. Pero, no así la crítica de la modernidad. Al descuidar este aspecto tan fundamental, el marxismo del siglo XX, dejó in- tacto a la modernidad, la cual es el fundamento cultural e histórico del capitalismo. Dejando intacto a este fundamento, el capitalismo pudo seguir desarrollándose casi sin interrupción hasta el día de hoy, de tal modo que aún ahora, algunos procesos progresistas con intención socialista y revolucionaria, al final terminen recayendo en medidas de corte capitalistas en sentido estricto. Esto querría decir que en general la izquierda europeo-occidental asumió un tipo de 9 Lo peor de todo fue cuando estos mismos intelectuales les mostraban, utilizando el libro de Engels El origen de la familia la propiedad privada y el Estado , que por el tipo de dieta ligada más a productos aborígenes como el maíz, no eran aptos para el trabajo intelectual, al cual sí eran aptos gente que se alimentaba más con la dieta europea y moderna, fundada especialmente en la carne, la leche, el pan, etc.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=