El Vuelo del Fénix
129 Juan José Bautista Segales de la praxis como en el de la teoría. En cambio en México se vivía una especie de relativa calma o tranquilidad política, la cual influía también en el ámbito teórico. Si bien en América del Centro y del Sur, las reflexiones económicas, sociales, culturales, etc., eran más políticas, en México, podían ser más teóricas. No por casualidad en las décadas del setenta y del ochenta en México se produjo y publi- có una inmensa cantidad de ensayos, libros y revistas de literatura marxista y revolucionaria en general. Lo cual produjo un ambiente intelectual rico en el cual se podían discutir en profundidad muchos problemas teóricos y políticos. Este es el nuevo contexto en el que Dussel llegó a México en 1975. Es decir, se encontró no sólo en otro país latinoamericano, sino que el contexto de la discusión no sólo que era otro, sino que tam- bién el lenguaje en el que se discutían los temas ya no era el mismo, especialmente en el ámbito filosófico. Es cierto que Argentina no es como México, pero también es cierto que en ambos países como en toda Latinoamérica se daban problemas comunes como el subdesa- rrollo, la marginación y la pobreza, y por eso Dussel se puso a pensar ahora América Latina desde este nuevo espacio histórico, económico y social que como plataforma proponía México, como antes lo había hecho desde Argentina (como la patria chica), pero muy pronto se dio cuenta que, para poder intervenir en el debate tenía que apro- piarse de un nuevo lenguaje para no quedar fuera de la discusión. En ese entonces el lenguaje que predominaba el ambiente de la izquierda y de la crítica en América Latina era del marxismo occi- dental 5 . Como Dussel no lo conocía en profundidad, para hacer la crítica utilizaba otro lenguaje más filosófico, no sólo el que provenía de los fundadores de la Escuela de Frankfurt sino también de la obra de Lévinas. Por la forma de la tematización de los problemas que Dussel estaba trabajando y que provenían de América Latina, uno de los colegas más cercanos que tenía y que provenía de la escuela de los latinoamericanistas, le hizo más que una crítica, casi una acusa- ción, de que su obra teórica era ingenua o ambiguamente populista, es decir, ideológica y no así científica. Porque en ese entonces uno de los conceptos centrales para hacerle la crítica al capitalismo como la forma excelsa de la dominación era la de clase social y en este caso, la de clase obrera. Porque Dussel, desde ese entonces, para hacer la 5 Más propiamente, el del marxismo del materialismo histórico y el marxismo althusseriano. “Criticábamos al Marx althusseriano de la época. Después hemos po- dido estudiar a Marx detalladamente y nuestras conclusiones son exactamente las contrarias. En efecto, Marx no es un pensador que queda apresado en la totalidad (como pensábamos en ese tiempo), ni tampoco es expresión de un paradigma pro- ductivista (como lo piensa Habermas)” (Dussel, 1991:11).
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