1917

52 Si la revolución triunfó tan rápida y radicalmente —en apa- riencia —, solo se debe al hecho de que, como resultado de una situación histórica en extremo original, se unieron, en forma asom- brosamente «armónica», corrientes absolutamente diferentes , intereses de clase absolutamente heterogéneos , aspiraciones políticas y sociales absolutamente opuestas . Es decir, la conspiración de los imperialistas anglo-franceses, que empujaron a Miliukov, Guchkov y compañía a hacerse del poder para continuar la guerra imperialista , con el objeto de conducirla aún con mayor encarnizamiento y tenacidad, con el fin de asesinar a nuevos millones de obreros y campesinos rusos, para que los Guchkov puedan adueñarse de Constantinopla, los capitalistas fran- ceses de Siria, los capitalistas ingleses de Mesopotamia, etc. Esto por una parte. Y por la otra, había un profundo movimiento popular pro- letario y de masas de carácter revolucionario (un movimiento de todos los sectores más pobres de la población de la ciudad y del campo), por el pan, la paz y la verdadera libertad . Sería simplemente tonto hablar de que el proletariado revo- lucionario de Rusia «apoyara» al imperialismo kadete-octubrista, «remendado» con el dinero inglés, y tan abominable como el impe- rialismo zarista. Los obreros revolucionarios han estado destruyendo, han destruido ya en gran parte y destruirán la infame monarquía za- rista hasta acabar con ella; no se entusiasman ni se desaniman por el hecho de que en determinadas coyunturas históricas, breves y ex- cepcionales, los ayudó la lucha de los Buchanan, los Guchkov, los Miliukov y compañía, ¡a reemplazar un monarca por otro monarca, preferiblemente también un Románov! Así y solo así, se desarrolló la situación. Así y solo así es la ma- nera como puede considerar las cosas un político que no teme la verdad, que analiza con sensatez el equilibrio de las fuerzas sociales en la revolución, que aprecia cada «momento actual», no solo desde el punto de vista de todas sus peculiaridades presentes o del momento actual, sino también desde el punto de vista de las motivaciones fun- damentales, de la más profunda relación de intereses del proletariado y de la burguesía, tanto en Rusia como en todo el mundo. Los obreros de Petrogrado, al igual que los de toda Rusia, combatieron abnegadamente la monarquía zarista, lucharon por

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