1917

39 de ocho horas y armas!» Para una masa cada vez mayor de obreros se hizo evidente que la suerte de la revolución solo podía decidirse, y que en efecto se decidiría, por la lucha armada. En el fragor de la lucha se formó una organización de masas original: los célebres Soviets de Diputados Obreros, asambleas de de- legados de todas las fábricas. Estos Soviets de Diputados Obreros co- menzaron a desempeñar, cada vez más, en algunas ciudades de Rusia, el papel de gobierno provisional revolucionario, el papel de órganos y de dirigentes de las insurrecciones. Se hicieron tentativas de orga- nizar Soviets de Diputados Soldados y Marineros y de unificados con los Soviets de Diputados Obreros. Ciertas ciudades de Rusia vivieron en aquellos días un período de pequeñas «repúblicas» locales, donde las autoridades habían sido destituidas y el Soviet de Diputados Obreros desempeñó realmente la función de nuevo poder público. Esos períodos fueron, por des- gracia, demasiado breves, las «victorias» fueron demasiado débiles, demasiado aisladas. El movimiento campesino alcanzó en otoño de 1905 pro- porciones aún mayores. Los llamados «desórdenes campesinos» y verdaderas insurrecciones campesinas afectaron entonces a más de un tercio de todos los distritos del país. Los campesinos prendieron fuego a unas 2.000 fincas de terratenientes y se repartieron los me- dios de subsistencia robados al pueblo por los rapaces nobles. Por desgracia, ¡esta labor no se hizo a fondo! Lamentable- mente, los campesinos solo destruyeron entonces la quinzava parte del número total de fincas de los nobles en el campo, solo la quinzava parte de lo que hubieran debido destruir para barrer del suelo ruso, de una vez para siempre, esa vergüenza del lati- fundio feudal. Por desgracia, los campesinos actuaron demasiado dispersos, demasiado desorganizadamente y con insuficiente brío en la ofensiva, siendo esta una de las causas fundamentales de la derrota de la revolución. Entre los pueblos oprimidos de Rusia estalló un movimiento de liberación nacional. Más de la mitad, casi las tres quintas partes ( exactamente 57% ) de la población de Rusia sufre opresión na- cional. Las minorías nacionales no gozan siquiera de libertad para

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