1917

36 nobles, que se habían contaminado de las ideas democráticas de Eu- ropa al rozarse con ellas durante las guerras napoleónicas. La tropa, formada entonces aún por campesinos siervos, permanecía pasiva. La historia de 1905 nos ofrece un cuadro diametralmente opuesto. Los oficiales, salvo raras excepciones, estaban influenciados por un espíritu liberal burgués, reformista, o eran abiertamente con- trarrevolucionarios. Los obreros y campesinos vestidos de uniforme fueron el alma de las insurrecciones; el movimiento se hizo popular. Por primera vez en la historia de Rusia, abarcó a la mayoría de los ex- plotados. Lo que a este movimiento le faltó fue, de una parte, firmeza y resolución en las masas, que adolecían de un exceso de confianza; de otra parte, faltó la organización de los obreros revolucionarios so- cialdemócratas que se hallaban bajo las armas: no supieron tomar la dirección en sus manos, ponerse a la cabeza del ejército revolu- cionario y pasar a la ofensiva contra el poder gubernamental. Señalaremos de pasada que esos dos defectos serán elimi- nados —indefectiblemente, aunque tal vez más despacio de lo que nosotros deseáramos—, no solo por el desarrollo general del capi- talismo, sino también por la guerra actual 6 … En todo caso, la historia de la revolución rusa, lo mismo que la historia de la Comuna de París de 1871, nos ofrece la enseñanza irrefutable de que el militarismo jamás ni en caso alguno puede ser derrotado y eliminado por otro método que no sea la lucha vic- toriosa de una parte del ejército nacional contra la otra parte. No basta con fulminar, maldecir y «negar» el militarismo, criticarlo y demostrar su nocividad; es estúpido negarse pacíficamente a prestar el servicio militar. La tarea consiste en mantener en tensión la conciencia revolucionaria del proletariado, no solo en general, sino preparar concretamente a sus mejores elementos para que, lle- gado un momento de profundísima efervescencia del pueblo, se pongan al frente del ejército revolucionario. Así nos lo enseña también la experiencia diaria de cualquier Estado capitalista. Cada una de sus «pequeñas» crisis nos muestra en miniatura elementos y gérmenes de los combates que habrán 6 Los tres párrafos anteriores están tachados en el manuscrito (Nota de la edición rusa).

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=