1917

33 o revolucionario, conceptos que antes se expresaban con la palabra «estudiante». Pero como el «estudiante» pertenecía a las capas me- dias, a la «gente de letras», a los «señores», era extraño al pueblo. El «huelguista», al contrario, había salido del pueblo, él mismo figu- raba entre los explotados. Cuando lo desterraban de Petrogrado, muy a menudo retornaba al campo y hablaba a sus compañeros de la aldea del incendio que envolvía a las ciudades y que debía eliminar a los capitalistas y a los nobles. En la aldea rusa apareció un tipo nuevo: el joven campesino consciente. Este mantenía rela- ciones con los «huelguistas», leía periódicos, refería a los campesinos los acontecimientos que se producían en las ciudades, explicaba a sus compañeros del lugar la significación de las reivindicaciones po- líticas y los llamaba a la lucha contra los grandes terratenientes no- bles, contra los curas y los funcionarios. Los campesinos se reunían en grupos, hablaban de su situa- ción y poco a poco se iban incorporando a la lucha: se lanzaban en masa contra los grandes terratenientes, prendían fuego a sus pala- cios y fincas o se incautaban de sus reservas, se apropiaban del trigo y de otros víveres, mataban a los policías y exigían que se entregara al pueblo la tierra de las inmensas posesiones de la nobleza. En la primavera de 1905 el movimiento campesino estaba aún en germen y abarcaba solo una pequeña parte de los distritos, la séptima parte aproximadamente. Pero la unión de la huelga proletaria de masas en las ciudades con el movimiento campesino en las aldeas fue suficiente para hacer vacilar el último y más «firme» sostén del zarismo. Me refiero al Ejército. Comienza un período de insurrecciones militares en la Ma- rina y en el Ejército. Cada ascenso en la oleada del movimiento huelguístico y campesino durante la revolución va acompañado de insurrecciones de soldados en toda Rusia. La más conocida de ellas es la insurrección del acorazado Príncipe Potemkin , de la Flota del Mar Negro. Este buque, que cayó en manos de los sublevados, tomó parte en la revolución en Odesa, y después de la derrota de la revolución y tras algunas tentativas infructuosas de apoderarse de otros puertos (por ejemplo, de Feodosia, en Crimea), se entregó a las autoridades rumanas en Constanza.

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