1917
353 quebrantados por la circunstancia de que en la ley sobre la Asam- blea Constituyente no se reconozca el derecho del pueblo a elegir nuevos diputados en cualquier momento. 17. Todo intento, directo o indirecto, de plantear la cues- tión de la Asamblea Constituyente desde un punto de vista jurí- dico formal, en los marcos de la democracia burguesa corriente, sin tener en cuenta la lucha de clases y la guerra civil, es una traición a la causa del proletariado y la adopción del punto de vista de la bur- guesía. El deber incondicional de la socialdemocracia revolucio- naria consiste en poner a todo el mundo en guardia contra ese error que cometen ciertos dirigentes, poco numerosos, del bolchevismo, que no han sabido valorar la insurrección de octubre y la misión de la dictadura del proletariado. 18. La única posibilidad de resolver sin dolor la crisis creada como resultado de la divergencia existente entre las elecciones a la Asamblea Constituyente, por un lado, y la voluntad del pueblo y los intereses de las masas trabajadoras y explotadas, por otro con- siste en aplicar con la mayor extensión y rapidez posible el derecho del pueblo a proceder a nuevas elecciones de miembros de la Asam- blea Constituyente; consiste en que la propia Asamblea Constitu- yente se adhiera a la ley del Comité Ejecutivo Central relativa a esas nuevas elecciones, declare reconocer sin reservas el poder de los Soviets, la revolución soviética, su política en el problema de la paz, de la tierra y del control obrero y se coloque resueltamente al lado de los adversarios de la contrarrevolución de los demócratas consti- tucionalistas y de Kaledin. 19. Si no se cumplen estas condiciones, la crisis planteada en relación con la Asamblea Constituyente no podrá resolverse más que por vía revolucionaria, con las medidas revolucionarias más enérgicas, rápidas, firmes y resueltas, tomadas por el poder de los Soviets contra la contrarrevolución de los demócratas consti- tucionalistas y de Kaledin, cualesquiera que sean las consignas y las instituciones (incluso la calidad de miembros de la Asamblea Constituyente) en que se ampare esa contrarrevolución. Intentar atar, de cualquier manera que sea, las manos del poder de los So- viets en esta lucha, sería hacerse cómplice de la contrarrevolución.
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