1917

352 han hecho que la consigna «Todo el poder a la Asamblea Consti- tuyente», que no tiene en cuenta las conquistas de la revolución obrera y campesina, que no tiene en cuenta el poder de los Soviets, que no tiene en cuenta las decisiones tomadas por el Segundo Congreso de los Soviets de Diputados Obreros y Soldados de toda Rusia, por el Segundo Congreso de los diputados campesinos de toda Rusia, etc., se haya convertido de hecho en la consigna de los de- mócratas constitucionalistas, de los kaledinistas y de sus acólitos. El pueblo entero comienza a comprender claramente que la Asamblea Constituyente quedaría inevitablemente condenada a la muerte política si se divorciase del Poder de los Soviets. 15. El problema de la paz es uno de los más candentes de la vida del pueblo. No se ha emprendido en Rusia una lucha verdaderamente revolucionaria por la paz hasta después del triunfo de la revolución del 25 de octubre, y este triunfo ha tenido como primer resultado la pu- blicación de los tratados secretos, el armisticio y las negociaciones pú- blicas iniciadas con objeto de conseguir una paz general, sin anexiones ni contribuciones. Solo ahora las grandes masas populares obtienen de hecho, franca y completamente, la posibilidad de ver una política de lucha revolucionaria por la paz y de estudiar sus resultados. Durante las elecciones a la Asamblea Constituyente, no tenían las masas populares dicha posibilidad. Es evidente, pues, que también en este aspecto es inevitable la incompatibilidad entre la composición de la Asamblea Consti- tuyente y la verdadera voluntad del pueblo, en el problema de la terminación de la guerra. 16. El conjunto de circunstancias que acabamos de examinar hace que la Asamblea Constituyente, convocada con arreglo a las listas de los partidos existentes antes de la revolución proletaria y campesina, bajo el dominio de la burguesía, entre inevitablemente en conflicto con la voluntad y los intereses de las clases trabaja- doras y explotadas, que han iniciado el 25 de octubre la revolu- ción socialista contra la burguesía. Es natural que los intereses de esta revolución tengan primacía sobre los derechos formales de la Asamblea Constituyente, incluso si estos últimos no hubiesen sido

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