1917
306 …Y si tomamos el poder y no conseguimos ni el armisticio ni una paz democrática, los soldados pueden negarse a ir a una guerra revolucionaria. ¿Qué pasará entonces? Un argumento que obliga a recordar una sentencia: un tonto puede hacer diez veces más preguntas que diez sabios sean capaces de contestar. Jamás hemos negado las dificultades del poder durante la guerra imperialista; pero, no obstante, hemos predicado siempre la dictadura del proletariado y de los campesinos pobres. ¿Vamos a abjurar de esto cuando ha llegado el momento de la acción?? Hemos dicho siempre que la dictadura del proletariado en un solo país origina cambios gigantescos en la situación interna- cional, en la economía del país, en la situación del ejército y en su estado de ánimo. ¿Y vamos a «olvidar» todo eso ahora, dejándonos intimidar por las «dificultades» de la revolución? Entre las masas no existe el estado de ánimo de echarse a la calle, como comunican todos. Entre los síntomas que justifican el pe- simismo figura también la difusión, acrecida en extremo, de la prensa pogromista y ultrarreaccionaria… Cuando los hombres se dejan amedrentar por la burguesía, entonces, como es natural, todos los objetos y fenómenos se tiñen para ellos de color amarillo. En primer lugar, sustituyen el criterio marxista del movimiento con un criterio impresionista-intelectual; en vez de considerar políticamente el desarrollo de la lucha de clases y el curso de los acontecimientos en todo el país en su conjunto, y en la situación internacional en su conjunto, adelantan las impre- siones subjetivas acerca del estado de ánimo; olvidan «a propósito», naturalmente, que la firme línea del partido, su decisión inque- brantable, es también un factor del estado de ánimo, sobre todo en los momentos revolucionarios más agudos. A veces, la gente olvida muy «a propósito» que los dirigentes responsables, con sus vacila- ciones y su inclinación a quemar lo que ayer veneraban, introducen las vacilaciones más indecorosas también en el estado de ánimo de ciertos sectores de las masas.
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