1917
6 gobierno burgués, basadas en el rechazo de las anexiones, etc. Esas frases son, o bien ingenuos deseos, o bien hipocresía y mentiras des- tinadas a ocultar la verdad. Y la verdad del momento actual, de la guerra actual, de las actuales tentativas de concluir la paz, consiste en el reparto del botín imperialista . Ese es el quid , y comprender esta verdad, manifestarla, «mostrar el real estado de cosas» es la tarea fun- damental de la política socialista, a diferencia de la política burguesa, cuyo objetivo principal es ocultar, disimular esta verdad. Ambas coaliciones imperialistas se apoderaron de una deter- minada cantidad de botín, y los dos principales y más fuertes ban- doleros, Alemania e Inglaterra, fueron los que más arrebataron. Inglaterra no perdió un palmo de su territorio ni de sus colonias; «adquirió» las colonias alemanas y parte de Turquía (Mesopotamia). Alemania perdió casi todas sus colonias, pero adquirió territorios in- conmensurablemente más valiosos en Europa, al apoderarse de Bél- gica, Serbia, Rumania, parte de Francia, parte de Rusia, etc. Ahora se lucha por el reparto de ese botín, y el «cabecilla» de cada banda de ladrones, es decir, Inglaterra y Alemania, en cierto grado debe recom- pensar a sus aliados, los cuales, a excepción de Bulgaria y en menor medida Italia, sufrieron pérdidas muy grandes. Los aliados más dé- biles fueron los que más perdieron: en la coalición inglesa: Bélgica, Serbia, Montenegro, Rumania fueron aplastados; en la coalición alemana, Turquía perdió Armenia y parte de la Mesopotamia. Hasta ahora el botín de Alemania es, indudablemente, mucho mayor que el de Inglaterra. Hasta ahora ha vencido Ale- mania, demostró ser mucho más fuerte de lo que se previera antes de la guerra. Por lo tanto, como es natural, a Alemania le con- vendría concluir la paz cuanto antes, pues su rival aún podría, de ofrecérsele la oportunidad más ventajosa concebible (aunque poco probable), movilizar una más numerosa reserva de reclutas, etc. Tal es la situación objetiva . Tal es la situación actual en la lucha por el reparto del botín imperialista. Es muy natural que esta situación dé lugar a tendencias, declaraciones y manifestaciones pacifistas, primero entre la burguesía y los gobiernos de la coalición alemana y, luego, de los países neutrales. Es igualmente natural que la burguesía y sus gobiernos se vean obligados a hacer todos los
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=