1917

XXIII los Soviets, luego de que la posición bolchevique se consolidara en ellos. Después de la crisis de julio la táctica pasa a ser la insurrección armada, que no es automática sino que deben ser creadas las condiciones para ella. Ese viraje no evitó que en determinados momentos se dieran las condiciones para el paso pacífico del poder a los Soviets, aunque duraran muy poco. La toma del poder era una estrategia que pasaba por la construcción de una mayoría y para eso fue clave la claridad programática de los bolcheviques, producto del análisis en buena medida realizado por Lenin. Claro que son las circunstancias las que terminan conduciendo la revolución, pero el liderazgo del partido va definiendo la táctica que responde a dichas circunstancias. Todo este proceso demostró la certeza tras la intuición que Lenin rescata de Kautsky. La revolución será más parecida a una guerra civil prolongada que a un asalto por sorpresa. La revolución no inicia ni culmina con la toma del poder y la experiencia rusa es testimonio de ello. En 1918 inicia una larga guerra civil, que puso en práctica la visión de Lenin respecto al ejército popular y otros temas anunciados antes de tomar el gobierno. Frente a las afirmaciones de la academia, pero también de muchos intelectuales de izquierda, la Revolución Bolchevique tiene muchas lecciones que darnos y el pensamiento de Vladimir Ilich Uliánov tiene mucho que decir en nuestro tiempo. Lenin es un interlocutor vigente para las nuevas generaciones, quien supo hacer del marxismo un horizonte de sentido que cobra actualidad a partir del análisis concreto de la situación concreta. Esta antología de textos es una invitación a la reflexión y la acción, en tiempos en los que el viejo topo sigue avanzando. Manuel Azuaje Reverón

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