1917

XXII pueblo ruso. Los sujetos protagónicos del proceso que inicia ese día son identificados desde el comienzo, a través de un llamado a los obreros, campesinos y soldados. Lo primero que se decreta es la paz, por medio de un llamado a los países beligerantes a negociar, sin conversaciones secretas. La revolución debe ser transparente. El segundo decreto corresponde a la tierra, que ha de pasar inmediatamente a manos de los campesinos, poniéndose fin a la propiedad terrateniente. El trabajo es el sustento de la vida y no la propiedad. Unos días después será publicado el decreto sobre el control obrero, tema que junto a la paz y la tierra, demuestra el cumplimiento sin demoras de los compromisos adquiridos. La alianza obrero-campesina es prioritaria para consolidar el poder, a ella Lenin le dedica varios discursos y trabajo político. Los dos últimos meses del año 1917 son muy agitados, falta consolidar el triunfo en todo el territorio y se enfrenta la arremetida de la contrarrevolución. Sin embargo, el gobierno revolucionario no deja de atender distintos temas, entre ellos el de la libertad de prensa, respecto a la cual es redactado un decreto atendiendo a la propiedad privada de los medios y los intereses de clase que expresan. El gobierno discute sobre la nacionalización de la banca y presenta un primer borrador, lo mismo sucede con el problema de la vivienda. Es muy significativo que el último documento que recoge este libro corresponde al decreto por el que se llama a la conformación de los Comités locales de abastecimiento. Son tiempos convulsos, de acción, organización y resoluciones inmediatas. Durante los once meses desde el derrocamiento del zar, se va desarrollando el conflicto en distintos niveles, que serán identificados por Lenin, casi día a día. En ocho meses el Partido bolchevique consolida su posición dentro de la sociedad rusa, logra la mayoría y conforma una hegemonía total. La agudización de las contradicciones se produce a la par que los intereses de clase chocan irremediablemente. La táctica revolucionaria que se establece en ese tiempo responde al análisis situacional a través del cual Lenin pudo identificar los distintos poderes en pugna y la dinámica de cada fuerza. Esa táctica se caracterizó en una primera etapa por la toma pacífica del poder, mientras la dualidad podía resolverse a favor de

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