1917
XIV rusa. Un mes después, en el «Mandato a los Diputados» ratificará las líneas y definirá un conjunto de criterios en relación con la posición que deberán tener los bolcheviques respecto a la guerra. En ese momento ya han sucedido las discusiones internas a las que hicimos referencia antes, Lenin modera su llamado a transformar la guerra en un conflicto de clases contra la burguesía y se referirá a la autodeterminación de las naciones, apostando a la liberación de las nacionalidades oprimidas. Durante todo ese año la estrategia es la toma del poder. Pero la táctica irá cambiando según cada situación específica. Desde abril hasta junio se apuesta por una revolución pacífica, basada en la construcción hegemónica por parte de los bolcheviques, a través de la presentación de su programa en cada sector social y el fortalecimiento de los Soviets. La eficiencia de esas acciones tácticas depende de la caracterización del poder existente que es llevada a cabo en varios artículos. Por eso la atención prestada a la dualidad de poderes entre el Gobierno provisional y los Soviets. Ese conflicto debe resolverse apostando al crecimiento de la organización obrera. La participación bolchevique debe crecer dentro de esa instancia, cambiando la correlación de fuerzas internas y desplazando a los mencheviques. En la medida en que el Gobierno no puede responder a las exigencias del pueblo ruso y los intereses de clase chocan entre sí, la contradicción entre ambos espacios se agudiza. A comienzos de mayo está claro que debe resolverse a favor de los Soviets, pero hacia el final de mes es señalada críticamente la burocratización de ese poder gracias a una dirección débil, aliada de los poderes constituidos. Si el problema fundamental de la revolución es la toma del poder, quienes consideran que el apoyo a la burguesía es necesario en una etapa prerrevolucionaria deben entender que la democratización solo es posible si todo el poder es entregado de manera pacífica a las mayorías obreras y campesinas. Todo el que desee democracia tiene que apoyar ese traspaso. Lenin afirma que las demandas de los bolcheviques en esa etapa, vistas de manera aislada, no corresponden a una revolución socialista, son demandas que podrían ser consideradas propias de la revolución burguesa.
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