1917
77 capitalistas elegidos según las leyes promulgadas por Nicolás II el Sanguinario y por Stolypin el Verdugo! En segundo lugar, a pesar de que la llama «milicia popular», para echar tierra a los ojos del «pueblo», no llama a todo el pueblo a incorporarse a esta milicia y no obliga a los patronos y capitalistas a pagar a los obreros y em- pleados el salario corriente por las horas y los días que consagran al servicio público , es decir, a la milicia. Esta es la trampa. Así es como el gobierno terrateniente y capitalista de los Guchkov y los Miliukov consigue tener una «mi- licia popular» en el papel, mientras que en realidad restablece poco a poco, bajo cuerda, la milicia burguesa, antipopular. Al principio consistirá en «8.000 estudiantes y profesores» (como describen los periódicos extranjeros a la actual milicia de Petrogrado) —¡eviden- temente una niñería!— y después, poco a poco, será organizada con las antiguas y las nuevas fuerzas de seguridad. ¡Impedir el restablecimiento de las fuerzas de seguridad! ¡No dejar escapar de las manos los gobiernos locales! ¡Organizar una milicia que abarque al pueblo entero, auténticamente universal, di- rigida por el proletariado! Esta es la tarea del día, esta es la consigna del momento, que responde por igual a los intereses bien compren- didos de la ulterior lucha de clase, del ulterior movimiento revolucio- nario y al instinto democrático de cada obrero, de cada campesino, de cada trabajador explotado, que no puede dejar de odiar a la po- licía, a las patrullas de la gendarmería, a los esbirros de la aldea, el imperio de los terratenientes y capitalistas sobre hombres armados con poder sobre el pueblo. ¿Qué clase de fuerzas de seguridad necesitan ellos , los Guchkov y los Miliukov, los terratenientes y los capitalistas? Del mismo tipo que las existentes bajo la monarquía zarista. Todas las repúblicas burguesas y democrático-burguesas del mundo crearon o resta- blecieron, después de los más breves períodos revolucionarios, precisamente esas fuerzas de seguridad , una organización especial de hombres armados subordinados, de una u otra forma, a la bur- guesía, separados del pueblo y en contra de él. ¿Qué clase de milicia necesitamos nosotros, el proletariado, todo el pueblo trabajador? Una auténtica milicia popular , es decir,
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=